sábado, 7 de noviembre de 2015

Respiro, luego soy feliz.

Hay días en los que uno está inevitablemente enfadado, deprimido, de mal humor, maldiciendo el mundo y las malas cosas que ocurren, que nos ocurren, que pasan o que nos pasan. Hay días en los que uno desearía no haberse levantado de la cama, porque las malas experiencias recibidas nos tumban y nos dejan sin a penas fuerzas para volver a levantarnos.

He experimentado algunos de esos días, y en ellos siempre he conseguido aplicar uno de los principios básicos que rigen toda vida: La respiración.

No podría dar mejor consejo en esos casos de estrés, enfado, depresión o mal humor que darse un momento para cerrar los ojos, respirar profundamente, lentamente e intentar tranquilizarse al mismo ritmo que inspiras y expiras, inspiiiiiiirassssss... y expiiiiiiirassssss... Es extremadamente fácil y rápido, a veces basta con 3 respiraciones profundas, otras unas pocas mas. Al abrir los ojos de nuevo, puede que tu estado de ánimo haya cambiado a mejor.

La respiración es una de las bases de nuestras vidas, necesitamos el aire como fundamento básico de nuestra existencia, pero a diferencia del bombeo sanguíneo u otros reflejos fisiológicos involuntarios, la respiración se puede controlar y la podemos usar como elemento de "reseteo" a un estado anímico básico. Yo lo llevo haciendo durante muchos años, y además le he asociado un pensamiento que para mí es suficientemente enérgico y positivo como para devolverme a mi estado natural:

Respiro, luego soy feliz.

Podría estar muerto, podría no existir, podría simplemente no estar aquí, no vivir nada, no ser consiente de nada, no estar, no ser... Pero... ¡¡Estoy vivo!! ¡¡Tengo la posibilidad de experimentar, sufrir, llorar, reír, amar...!!

Vale, hemos tenido una experiencia mala, nefasta horrible... pero eso NO es lo peor que nos podría pasar, porque de toda experiencia, por negativa que nos parezca, podemos aprender algo, vivir algo, emocionarnos, liberarnos, reaccionar... Lo peor que nos podría pasar es NADA. ¿Os imagináis una vida entera en la que no pasara nunca nada? No tendríamos momentos malos, pero tampoco tendríamos momentos buenos. Por ejemplo, ser padre: Los niños te dan una guerra tremenda, y a veces te hacen enrabietar hasta niveles insospechados, pero... ¿Preferirías no haberlos tenido? ¡¡Eso nunca!! Porque en general siempre la vida te da más momentos buenos que malos, o a veces un simple momento justifica una vida entera.

Podría no existir, pero respiro, luego soy feliz.

Los momentos malos pasan, se desvanecen y dan paso a otras experiencias. Cuando tienes arraigado eso a suficiente profundidad (seguramente por el cúmulo de experiencias vividas), puede ayudar traerlo a la conciencia en esos momentos en los que cierras los ojos y respiras para volver a un estado más calmado.

Para mí ese pensamiento es un resorte que evita caer hacia pozos profundos. Me gusta practicar ese ejercicio cuando tengo un mal día en el trabajo o en general, y realmente me ayuda muchísimo a superar cualquier prueba/reto que la vida tenga a bien plantearme. Ciertamente no hablo de momento de duelo profundo por un ser querido o catástrofes colectivas que puedan conllevar procesos más profundos y largos de rehabilitación, pero sí es una pequeña ayuda en el día a día.

La respiración es algo tan elemental, que si consiguiéramos asociarla con el sentimiento de felicidad, nuestra vida conseguiría mejorar enormemente, y bien seguro que dormiríamos mucho más tranquilos.

Es solo un pensamiento personal... quizás alguien lo pueda... respirar...

2 comentarios:

  1. Respirant fem que la vida, el pranna entri dins nostre i això ens permet conectar-nos conscientment amb nosaltres mateixos i par tant amb el Tot. Llàstima que ens oblidem tant de respirar conscient!!!

    ResponderEliminar
  2. Respirar profundament pot ser complicat quan estàs enfadat, quan tens un atac d'asma, quan estàs en constipat o tens problemes de carnots, per posar algun exemple. Tots en més o menys mesura hem experimentat aquesta dificultat. De la mateixa forma, tots en algún moment hem experimentat un plaer i una gratitud profunda per aquest fet tant quotidià (després de capbussar-se durant una estona a l'aigua, per exemple) . A vegades ho oblidem... Tal i com dius és una eina molt poderosa que ens recorda les autèntiques coses importants de la vida, que ens connecta amb l'aquí i l'ara. Hi ha qui ha hagut d'ofegar-se amb els mitjons del seu germà per poder aprendre a respirar. Gràcies

    ResponderEliminar