domingo, 20 de diciembre de 2015

Dime de qué presumes...

La búsqueda de uno mismo es el camino más personal que uno puede emprender en la vida. Cuando uno empieza a iniciarse en los senderos del misticismo y a hacerse preguntas sobre todas las cosas, rápidamente descubre que no va a encontrar las respuestas en ningún libro, ni en nadie (ningún maestro) que pueda responderlas, por el simple motivo que una respuesta no es tal en si misma, podemos saberla si, nos la pueden decir o la podemos leer, pero no nos servirá de nada si no la hemos asimilado realmente. De qué puede servirnos saber que "amar es maravilloso" si nunca hemos experimentado el amor por nosotros mismos? Solo cuando uno lo vive, lo experimenta, lo siente... es cuando uno lo comprende, sabe lo que és y FORJA, dentro de sí, una respuesta, una respuesta PERSONAL que difícilmente podrás transmitir a otros si no es orientándoles hacia la propia vivencia y asimilación completa de lo que están buscando.

Muchas veces podemos tener la respuesta delante mismo de nuestras narices, pero ser incapaces de saber verla, o de saber apreciarla, o de saber siquiera qué hacer con ella. A veces hace falta toda una vida para asimilar un concepto, un valor o un sentimiento que no podríamos haber asimilado plenamente aunque tuviéramos "el libro de la verdad absoluta" en nuestras manos. A medida que uno profundiza en sentimientos y experiencias más complejas, se torna más y más difícil de explicar a los demás: ¿Cómo explicar plenamente lo que se siente en un estado de meditación profunda? Uno puede saber, uno puede leer, documentarse... pero nunca sabrá del cierto lo que és, hasta que no lo viva por si mismo.

Esa es la base misma de la vida. ¿Porqué estamos aquí? ¿Porqué sufrimos? ¿Porqué vivimos? Si Dios es perfecto, si el universo es AMOR, si todo es harmonía en su esencia... ¿Por qué torturarnos con una existencia llena de sufrimiento y de dificultades (también hay momentos buenos, eh!)? Yo creo que simplemente es por el placer de redescubrir mediante la propia existencia y las propias leyes del universo y su naturaleza la esencia misma de las cosas. Necesitamos aprender, asimilar, por nosotros mismos cada pieza del gran puzle universar, para gozar de su conocimiento y de su naturaleza.

"Por nosotros mismos", ahí está la clave. Nadie PUEDE, aunque quiera, darnos una respuesta. De ahí las frustraciones de un padre cuando intenta explicarle a su hijo que por ese camino o con ese amigo o con esa novia no le va a ir bien y el hijo (habitualmente más terco que una mula) se enfada y sigue el mismo camino que sabemos no va a resultar bien. Pero él NECESITA vivirlo para asimilar esa experiencia y hacerla suya, y, entonces sí, intentar no cometer de nuevo los mismos errores.

Aquellos que llevan tiempo en el camino de la búsqueda interior conocen claramente este principio. Es por eso que los auténticos maestros nunca intentanrán darnos las respuestas a bocajarro, sino más bien generar en nosotros las preguntas correctas que nos pondrán en el camino de obtener nuestras propias respuestas (las únicas que nos serán realmente útiles, en realidad). Es por eso que si en vuestra búsqueda os encontrais con personas que de buenas a primeras os explican que ellos son capaces de ver las auras, de comunicarse con "seres del más allá", de hacer "viajes astrales" y de saber esto, aquello y lo de más allá... podeis pensar tranquilamente y sin temos a equivocaros aquello de "dime de qué presumes y te diré de qué careces". No os fiéis nunca de aquél que intente deslumbraros a base de palabras y promesas milagrosas, en mi vida encontré muchos de ellos y son poco más que grandes charlatanes con ganas de expandir su ego mostrando plumas de pavo real para obtener la admiración de quienes les rodean.


Para mí es un principio básico del misticismo. Si evitais este tipo de personajes, os evitaréis grandes dolores de cabeza.

Sin embargo, sin un día encontrais a alguien que, sin predicar nada ni intentar convencerte de nada, le notas una energía especial y una manera de decir y de hacer las cosas que provocan la atracción de las personas que le rodean por el simple echo del amor que pone en sus actos, probablemente entonces habréis encontrado a alguien realmente interesante. Alguien rico en su interior, con sus propias respuestas asimiladas, que intenta simplemente aplicarlas en su vida quotidiana, entiendiendo que los demás deben encontrar sus propias respuestas por si mismos, y no porque él predique las suyas de buenas a primeras.

¡Ojalá viviéramos en una sociedad donde nos enseñaran más a buscar nuestras propias respuestas que a inculcarnos el conocimiento de otros con calzador! Seguro que la creatividad de las personas y la riqueza de pensamientos nos sorprendería en sumo grado.

Y esa, efectivamente, es una de las respuestas que yo encontré para mi mismo y que seguramente no os sirva a vosotros, por lo que os invito de corazón a encontrar las vuestras por vuestras propias experiencias.

No es mi idea en este blog hacer de mis respuestas algo especial, solamente pienso en una frase que un día nos dijo un amigo "lo que a mí me gusta es encender una chispa en los demás".

Así que no se trata de escribir o interpretar las palabras de los otros como ciertas... pienso más bien que se trata de motivar y encender esas chispas que puedan prender en el interior de cada persona, para que puedan hacer su propio camino y experimentar a través de él, cada una de las maravillas que esconde esta nuestra vida.

1 comentario:

  1. Ir ofreciendo chispas, para que la mecha que está lista prenda y de su propia luz.

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